El carbonato de alta pureza que se producirá en Puno supondrá una completa recomposición de los mercados globales de fabricación de baterías. Falchani ya es la cuarta mina más grande en su tipo en el mundo.
A una altura de más de 4.500 m s. n. m., en una región donde la principal actividad económica —la ganadería alpaquera— ha sufrido los estragos de una demanda cada vez más escasa, se cocina la que será la refinería de litio más grande de Sudamérica y una de las más importantes del globo, con una producción anual proyectada de 100.000 toneladas de carbonato de la más alta pureza.
De acuerdo a Ulises Solís, gerente general de Macusani Yellowcake, la última actualización de recursos en Falchani, ubicada en la meseta de Macusani, coloca al yacimiento puneño como el cuarto más importante de litio en roca del mundo, solo por detrás de una mina en Congo y dos en Australia. Pero solo un millón de recursos lo separan del tercer escalón.
“Nuestros recursos en carbonato de litio se han, prácticamente, duplicado. De los 4,7 millones que teníamos a 9,5 millones hoy de carbonato como recursos, de los cuales 5,5 son indicados y medidos”, refiere.
En la región, por lo menos, ya somos la número uno, explica. Solís sostiene que, en Sudamérica, solo SQM (Chile) tiene una refinería para producción de litio en grado batería, pero no se abastece y exportan mucho del mineral concentrado. Tampoco llegan a la pureza que se requiere de 99,5%; es decir, se tiene que ‘re-refinar’ en China.
“Nosotros, con las pruebas que hemos hecho, llegamos a 99,82%. En un principio, nuestra refineria tendrá una producción mayor a 2.000 toneladas cada mes, lo que significa que, en el primer año, superará las 25.000”, subraya Solís.
Pero esta inversión inicial de US$868 millones en el complejo de Macusani solo será durante los primeros cuatro años. Luego se capitalizará el proyecto y se agrandará hasta tener una capacidad de producción de 45.000 toneladas al octavo año, y luego llegarán a las 100.000 en el año 12.
La construcción de la refinería, cuya fecha de entrega está programada a la par de la mina (2027), no anticipa una industrialización como tal para el litio, aclara Solís. La producción de baterías deberá correr a cuenta de otras firmas, pero, de momento, no se limitarán a solo exportar concentrados, como ocurre con el cobre en el Perú.
Tras sortear la consulta previa, Macusani también avanza con la perforación del proyecto Quelcaya, hermano menor de Falchani, tarea que demandará más de US$5 millones. Con ambos yacimientos, Perú pasaría a integrarse al triángulo del litio de Sudamérica, hoy dominado por Argentina, Chile y Bolivia. Pero su posición geoestratégica de intercambio con China sería más auspiciosa.
FUENTE: La República