En un país donde el reciclaje aún está en proceso de consolidarse, la empresa Reborn se posiciona como pionera en la producción de biodiésel a partir de aceite vegetal usado. Lo que antes era un simple residuo de cocina, ahora se convierte en energía para el transporte. Esta propuesta no solo cuida el medio ambiente, sino que también impulsa un modelo de economía circular real y funcional.
Gracias a una nueva alianza estratégica, la planta de Reborn en Lima incrementará su capacidad de producción. Esto permitirá no solo abastecer más rutas, sino también llevar su producto a Arequipa, Cusco, Tacna y ciudades del norte del país, ampliando así su alcance comercial y logístico.
Recolección responsable, impacto real
Uno de los pilares del modelo de Reborn es su red de acopio. La empresa trabaja con restaurantes, hoteles y hasta municipalidades para recolectar el aceite de cocina usado. Lo que comenzó con 50 locales en Lima ya se ha expandido a cinco ciudades, incluyendo Puno, donde colaboran para evitar que el aceite usado contamine el Lago Titicaca.
Además, la legislación peruana exige que el diésel comercializado contenga al menos 5 % de biodiésel, lo que representa una gran oportunidad para empresas como Reborn. Su producto no solo es más económico que el diésel convencional, sino que reduce considerablemente la contaminación generada por los vehículos.
Una meta sostenible
Reborn se ha propuesto llegar a los 10 000 galones mensuales de biodiésel. Este objetivo no solo fortalecerá su posición en el mercado, sino que también sentará un precedente sobre cómo un residuo doméstico puede convertirse en una solución energética con impacto social, ambiental y económico.
Fuente: Diario Gestión










